Hace más de un año que no publico una tarta…. ni nada. Eso demuestra que soy una pésima bloguera 🙂 Lo admito, lo reconozco e intentaré enmendarme. Por si acaso pido disculpas por adelantado por si vuelvo a convertirme en una pésima bloguera.
Pero que conste que la culpa no ha sido exclusivamente mia, también ha sido del portátil. Y ya que estamos del cha cha chá 🙂
Resulta que hace un año este viejuno y aporreado portátil se aficionó a los llamados pantallazos azules de la muerte. Y siempre me los enseñaba en las peores situaciones. Y claro, con los avances perdidos (preparando fotos o publicaciones escritas a medias) yo me enfadaba, ponía a Bill Gates a caer de un burro y le castigaba en un rincón durante unos días… y publicación pospuesta. ¿Y creéis que se aprendía la lección? Noooo, así que tras unas cuantos pantallazos de la muerte más, se quedó castigado unos cuantos meses. No lo quiero decir muy alto pero creo que ya ha aprendido la lección.
Confieso que después de esos cuantos meses han pasado otros tantos con la cantinela de «A ver si vuelvo a ponerlo en marcha» y mientras las tartas acumulándose (parece ser que soy mejor repostera que bloguera). Peeeero bueno, que por fin estoy aquí, con una carpeta llamada «Pendiente de publicar» llenita a rebosar y la esperanza de que el cha cha chá se quede tranquilito y me deje ponerme al dia! 🙂
Informó la repostera más dicharachera ;P
La repostera más dicharachera 